Bajo la luz amarilla

¿Cuántas veces te he buscado?
¿Cuántas?
No tengo dedos ya para seguir contándolas.
Ni ganas.

Llegué a inventarme un paraíso perdido para seguir buscándote.
Allí.
En el espacio,
en lo otro, 
bajo la luz amarilla y naranja.
Y en la oscuridad también.

Y fue ahí cuando me di cuenta 
de que no podía encontrarte porque estabas dentro de mi.