33 años

En este momento debería de saber qué ha sido de mi. 

He cumplido 33 años. 
Una edad muy simbólica, 
relacionada con Jesucristo, 
las resurrecciones,
la fe 
y el amor.

Hay que tener fe.
Para todo. 
Hay que tenerla. 

Yo la tengo.

En el trabajo, 
en los amigos, 
en el amor, 
en el sexo,
en las palabras, 
en las imágenes.....

La Martirio canta; -porque antes de amar debe tenerse fe-

Yo, antes de amar a Bukowski, 
tuve fe en sus palabras. 
Antes de amar la música de James Blake o El Agujetas, 
tuve fe en sus voces y sus estómagos. 
Antes de amar "El Jardin de las Delicias", 
tuve fe en El Bosco.

He amado a mucha gente. 
A mucha. 
Tuve fe en ellos antes de amarlos. 
Incluso antes de dejar 
que entraran dentro de mi, 
me levanté de la mesa, 
me quité el vestido, 
cogí una toalla 
y les lavé los pies 
para que entraran limpios. 

No solo los pies. 
También las manos 
y la cabeza.

Ahora mi cama está vacía. 
Mi casa, 
oscura. 

Me cortaron la luz pero también la piel.

Por mucho que levanto la persiana 
y echo a un lado la cortina, 
no entrarás por la ventana. 
Ni me asaltarás. 
Ni me morderás.

Se que no moriré desangrada de amor 
ni de locura, 
pero tendré fe. 

Mucha fe.

En ti, 
en que volverás 
y me querrás
y me cortarás otra vez la piel
y te irás, 
de nuevo, 
por la ventana.

Y me quedaré a oscuras.