Una granada en el cajón
Acabo de llegar a casa.
Mi dormitorio está
vacío,
sin olor.
Estoy pensando en bombardearlo.
Aunque siempre estoy aquí.
No pertenezco a este lugar.
Aún me queda una granada
en el cajón
pero no se que hacer.
Eres tan especial.
Y yo,
ando alrededor de la puerta.
No se si cerrarla
o esperar a que entres.
Eres tan especial.
Deberías ser tan especial.
Me siento tan libre
que si cierro la puerta
cerraría mi corazón.
No puedo llegarte
a donde otras llegan.
Yo no.